viernes, 12 de septiembre de 2008

La defensa del proceso revolucionario


x Fesal Chain

Bolivia y desde luego Venezuela están en una situación compleja, "histórica", en el sentido de que lo que suceda en las próximas horas y días, definirá  de cierta forma, el presente y futuro de la revolución latinoamericana, de la izquierda y del pueblo. 

El vacío histórico, que en su momento planteó el P. Comunista de Chile, al impulsar la Rebelión Popular de Masas, a finales de la década de los 70, hoy se hace muy actual, tanto más que la revolución chilena o la vía chilena al socialismo, que al menos Chávez y Correa han defendido como experiencia valiosa para sus respectivos procesos en marcha. 

En definitiva y aunque muchos hoy proclamen que estos dos caminos son antagónicos e irreconciliables, es evidente que se refieren a las dos caras de la misma moneda, es decir al impulso de la revolución y la profundización de la participación popular  y a la defensa de ésta en un proceso democrático de masas armadas o apoyadas por las fuerzas armadas nacionales y continentales.

Hoy Venezuela y Bolivia viven momentos díficiles, ya la primera los vivió con el golpe de estado contra Chávez, facilmente aplaudido por la concertación chilena bajo el gobierno de Lagos. Bolivia acaso sea el experimento más débil, no por cierto por el tremendo apoyo de masas del proceso liderado por Evo, sino porque las oligarquías tienen un peso específico mayor en Bolivia que en Venezuela y las Fuerzas Armadas un peso específico menor de apoyo al gobierno y en definitiva, el imperialismo una capacidad de intromisión  mucho mayor.

A estas alturas de la historia, es  responsable plantear con claridad, la defensa por todos los medios posibles de los procesos revolucionarios del continente, para que nunca más se repita la oleada oligárquica del capital financiero y el imperialismo norteamericano de la década de los 70, y sus nefastas consecuencias en torturas y genocidio del pueblo, en un disciplinamiento cuasi definitivo de las FF.AA. como garantes de la Seguridad Nacional y fuerzas antipopulares y en la imposición del modelo neoliberal.

Las revoluciones sociales y políticas deben saber defenderse, lo planteado por Chávez de  la defensa de Bolivia y su solidaridad concreta de echar al Embajador Norteamericano al igual que lo hizo Evo, son decisiones mostradas como intromisiones, sin embargo nadie grita a los cuatro vientos la intromisión norteamericana por siglos en el continente y cómo el imperio derroca gobiernos democrático-populares de amplio apoyo de masas.

Hoy es necesario que nuestros hermanos y hermanas del continente, levanten la bandera de la defensa revolucionaria, sino con el pueblo armado, al menos alineando a las fuerzas armadas completamente, en apoyo de los procesos democráticos, populares y nacionales, en apoyo del socialismo y en apoyo de las mayorías y sus conquistas. la negociación es un medio, sin embargo ésta, carente de apoyo de masas y de apoyo de las fuerzas armadas o de un pueblo armado, dispuesto a defender sus conquistas, carece de todo sentido.

Nuestra incapacidad como izquierda chilena de haber defendido nuestro proceso de cambios por todos los medios posibles, nos ha llevado a un deterioro enorme como fuerzas sociales y políticas y la recuperación será ardua, larga y fatigosa. También somos en este sentido, por desgracia,  un ejemplo para los procesos en marcha en el continente.

Que no caiga Venezuela ni Bolivia, es un imperativo no solamente ético o de defensa de las instituciones legítimas y de los resultados electorales, como lo plantean casi todas las autoridades continentales y la unión europea, sino que es un imperativo para que toda la izquierda latinoamericana, de centroamérica y de México no sea nuevamente derrotada y con ella las masas populares y la posibilidad cierta de construcción de modelos de igualdad, justicia social y desarrollo.

A parar a los golpistas, que si no los paran, los golpistas se adueñan de todo, inclusive de la izquierda y del progresismo, como ha sucedido en Chile.

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